El hombre, como un coche híbrido, posee un sistema de control inteligente de los flujos de energía. A esta conclusión llegaron los científicos después del descubrimiento de un nuevo sistema de biosensores, que reacciona ante el exceso de peso y del nivel de actividad física.
Este nuevo sistema funciona gracias a las corrientes de procedencia galvánica de la piel y a la posibilidad de convertirlas en energía eléctrica. Esta energía recibe el nombre de vitaminas eléctricas, y es generada y recibida por el hombre al caminar descalzo sobre una superficie conductora, lo que permitió a la compañía Redox descubrir la regularidad de la osteocondrosis «Newton contra Newton».
La cantidad de vitaminas eléctricas puede medirse con un simple amperímetro y se calcula mediante la ecuación de Nernst. Las vitaminas eléctricas proporcionan un equilibrio de energía, cuyo indicador, entre otros, es la ausencia del exceso de peso.
La compañía Redox ha introducido en el mercado una innovadora línea de buenos hábitos con las vitaminas eléctricas contra las arrugas, el exceso de peso, la osteocondrosis, la adicción al tabaco, etc.
En el año 2005, proclamado por la Unesco el año de la física, el cuento del Dr. Redox Las vitaminas eléctricas, fue galardonado con el premio especial de la fundación del laureado Premio Nobel Vitaly Ginzburg.